Episcopal Relief & Development apoya la ayuda a las inundaciones en Texas y a los terremotos de Ecuador y Japón
26 de abril de 2016
Episcopal Relief & Development (la Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo) está apoyando a sus iglesias asociadas en Texas, Ecuador y Japón en su reacción a los desastres ocurridos recientemente. En todos los lugares afectados, iglesias locales están poniéndose en contacto con sus comunidades para evaluar las necesidades y acompañar a la gente que lidia con las secuelas inmediatas de la emergencia. Además de los cuidados pastorales, las iglesias están proporcionando asistencia de vivienda y suministros de emergencia, como alimentos, agua, combustible y otras necesidades específicas de los lugares.
En Texas llovió hasta 20 pulgadas entre el 17 y el 18 de abril, en partes del norte y el noroeste del Condado de Harris, afectando la ciudad de Houston y zonas aledañas. El gobernador de Texas, Greg Abbott, declaró un estado de emergencia en Harris y en otros ocho condados en reacción a este evento, en el que 8 personas perdieron la vida, se inundaron más de 1,100 viviendas y hubo daños de más de US$5,000 millones.
En esta etapa temprana de la reacción, la Diócesis Episcopal de Texas empleará Equipos de Cuidados Espirituales para evaluar las necesidades e identificar supervivientes vulnerables que se puedan beneficiar de ayuda para solicitar asistencia y pasar por su proceso de recuperación. Apoyados en parte por Episcopal Relief & Development, los equipos podrán brindar cuidados pastorales y tarjetas de regalo para las necesidades inmediatas, así como ofrecer ayuda para el pago de alquileres de viviendas temporales en los casos en que la gente haya sido evacuada de sus hogares y no pueda permanecer en un refugio. Los equipos están organizados por el Ven. Russ Oechsel, archidiácono de Texas y Coordinador Diocesano de Desastres desde hace mucho tiempo.
“Desgraciadamente, la Diócesis de Texas tiene mucha experiencia en responder a desastres de esta índole por haber sufrido de todo, desde el huracán Ike en Galveston hasta los incendios en tierras incultas en Bastrop”, dijo Katie Mears, directora del Programa de Desastres en EE UU de Episcopal Relief & Development. “La diócesis aporta tantos dones a esta reacción: un coordinador diocesano experto y sumamente capaz, una red de voluntarios capacitados, una enorme cantidad de conocimientos y relaciones desarrollados en desastres pasados y una robusta red de iglesias y ministerios con excelentes vínculos en la comunidad. Como siempre, apoyamos a nuestros asociados en su trabajo de asistencia y en el proceso de recuperación, y oramos por ellos y por sus familias y por las comunidades en las que trabajan”.
En Ecuador, al menos 570 personas perdieron la vida y 155 han sido declaradas desaparecidas tras un terremoto de magnitud 7.8 ocurrido el 16 de abril, centrado cerca del litoral ecuatoriano. La Secretaría de Gestión de Riesgos de Ecuador informa que hubo más de 7,000 lesionados y que 25,000 personas están en refugios de emergencia. Entretanto, fuertes réplicas siguen conmocionando el país, obstaculizando los esfuerzos de búsqueda y rescate y prolongando el trauma del desplazamiento y la incertidumbre. Se ha declarado un estado de emergencia en 6 provincias, con acceso a zonas impactadas limitado a causa de la destrucción de carreteras y de otras infraestructuras. El peor daño fue informado en Pedernales, una ciudad costera con 55,000 habitantes que fue declarada “zona de desastre”.
Hay una fuerte presencia de la Iglesia Episcopal en comunidades afectadas por los terremotos. Especialmente dos de ellas, San Esteban, en el barrio de Cuba, y San José, en el cercano 15 de Abril, se están movilizando para alcanzar a 300 familias en las zonas más afectadas, con apoyo de Episcopal Relief & Development mediante la Diócesis Litoral de la Iglesia Episcopal de Ecuador (parte de la Provincia IX de la Iglesia Episcopal). Las necesidades más inmediatas son alimentos, agua, ropa y otros artículos, como mosquiteros y suministros de primeros auxilios. Las iglesias también proporcionan cuidados pastorales y coordinan con organizaciones civiles y gubernamentales para facilitar los esfuerzos de ayuda y concientizar sobre las necesidades de sus comunidades.
“Estoy sumamente agradecido a nuestras iglesias asociadas en Ecuador, que inmediatamente se movilizaron para evaluar las necesidades en sus comunidades”, dijo Nagulan Nesiah, Funcionario del Programa de Reacción a Desastres y Reducción del Riesgo de Episcopal Relief & Development. “La vulnerabilidad es una experiencia cotidiana para muchos, es por eso que las conexiones a largo plazo y los cuidados de la Iglesia en la comunidad son sumamente valiosos cuando ocurren desastres y algunas personas pueden pasar desapercibidas”.
Episcopal Relief & Development también transmitió oraciones y ofreció apoyo a la Nippon Sei Ko Kai (NSKK, la Iglesia Episcopal Anglicana de Japón) tras el terremoto de Kumamoto, ocurrido el 16 de abril. Hay 45 muertes confirmadas y las actividades de búsqueda y rescate continúan.
Por favor ore por las personas impactadas por estos eventos recientes y por los que están proporcionando la ayuda y asistencia que tan urgentemente se necesita.
Hay disponibles encartes para boletines dirigidos a generar toma de conciencia y apoyo a los esfuerzos de ayuda de Episcopal Relief & Development en Ecuador y Texas:
Para apoyar las actividades de ayuda de Episcopal Relief & Development en Ecuador y Texas, por favor done al International Disaster Response Fund o al US Disaster Response Fund, respectivamente.
Por más de 75 años, Episcopal Relief & Development (La Agencia Episcopal de Alivio y Desarrollo) se ha desempeñado como una compasiva reacción al sufrimiento humano en el mundo. La agencia trabaja con más de 3 millones de personas en cerca de 40 países del mundo entero para combatir la pobreza, el hambre y las enfermedades mediante programas multisectoriales empleando Objetivos de Desarrollo Sustentable como un marco de referencia. Como una organización independiente sin ánimo de lucro de tipo 501(c)(3), trabaja en estrecha colaboración con la Comunión Anglicana y con socios ecuménicos para ayudar a las comunidades a crear estrategias de desarrollo a largo plazo y a reconstruir después de haber sido afectadas por un desastre.