
Miércoles de Ceniza 5 de Marzo
La espiritualidad monástica dice que debemos honrarnos los unos a otros. Debemos escucharnos unos a otros.
Sor Joan Chittister, La Regla de San Benito
Cuando pensé en escribir una serie de devociones cuaresmales, lo primero que me vino a la mente fue la naturaleza salvaje. Después de todo, la Cuaresma es el tiempo de la naturaleza salvaje: un tiempo de vagabundeo, un tiempo marcado por la sencillez y el ayuno, de enterrar las aleluyas, un tiempo en el que es tentador preguntarse: “¿Ya llegamos?” mientras avanzamos hacia la tierra prometida de la Pascua. Pero la Cuaresma no es un tiempo que caminamos solos. Al igual que el pueblo hebreo vagó por la naturaleza salvaje durante cuarenta años en comunidad, nosotros pasamos cuarenta días deambulando por la Cuaresma con nuestras comunidades de fe, nuestros hogares y, a veces, incluso con amigos de todo el mundo.
Es por eso que decidí empezar la meditación de cada día con la sabiduría y la inspiración de nuestros hermanos monásticos. Las Madres y Padres del Desierto, San Benito, San Agustín, San Francisco, Santa Hildegarda, la Sor Joan Chittister y Thomas Meredith. Joan Chittister y Thomas Merton eran (y son) seres humanos corrientes que recorren una senda humana corriente, juntos y solos. Sus escritos y biografías reflejan los retos de vivir una vida en común dedicada a Cristo, anclada en prácticas espirituales como la quietud, el silencio, el ayuno, la autorreflexión, el escucharse mutuamente y el servicio. Estas prácticas se ven a menudo frustradas o puestas a prueba por los conflictos y las presiones de vivir en comunidad.
Todos vivimos en comunidad. Es verdad que la mayoría de nosotros no vivimos en monasterios ni en comunas de tierras salvajes, pero vivimos en hogares y familias; formamos parte de iglesias, escuelas y lugares de trabajo. Seguir a Jesús juntos y en medio de los demás es esencial para llegar a ser una comunidad amada, y a menudo resulta frustrante, es por eso que las palabras y enseñanzas de los monjes son útiles. Nos recuerdan que no estamos solos en nuestras experiencias; nos dan palabras y herramientas para unirnos en una plenitud compartida mientras tratamos de difundir la esperanza y la sanación de una vida pascual.
Para reflexionar
¿Qué palabras o qué ejemplos lo inspiran a amar como Jesús nos ama?
Jueves 6 de Marzo
La espiritualidad monástica dice que debemos honrarnos los unos a otros. Debemos escucharnos unos a otros.
Sor Joan Chittister, La Regla de San Benito
Cuando pensé en escribir una serie de devociones cuaresmales, lo primero que me vino a la mente fue la naturaleza salvaje. Después de todo, la Cuaresma es el tiempo de la naturaleza salvaje: un tiempo de vagabundeo, un tiempo marcado por la sencillez y el ayuno, de enterrar las aleluyas, un tiempo en el que es tentador preguntarse: “¿Ya llegamos?” mientras avanzamos hacia la tierra prometida de la Pascua. Pero la Cuaresma no es un tiempo que caminamos solos. Al igual que el pueblo hebreo vagó por la naturaleza salvaje durante cuarenta años en comunidad, nosotros pasamos cuarenta días deambulando por la Cuaresma con nuestras comunidades de fe, nuestros hogares y, a veces, incluso con amigos de todo el mundo.
Es por eso que decidí empezar la meditación de cada día con la sabiduría y la inspiración de nuestros hermanos monásticos. Las Madres y Padres del Desierto, San Benito, San Agustín, San Francisco, Santa Hildegarda, la Sor Joan Chittister y Thomas Meredith. Joan Chittister y Thomas Merton eran (y son) seres humanos corrientes que recorren una senda humana corriente, juntos y solos. Sus escritos y biografías reflejan los retos de vivir una vida en común dedicada a Cristo, anclada en prácticas espirituales como la quietud, el silencio, el ayuno, la autorreflexión, el escucharse mutuamente y el servicio. Estas prácticas se ven a menudo frustradas o puestas a prueba por los conflictos y las presiones de vivir en comunidad.
Todos vivimos en comunidad. Es verdad que la mayoría de nosotros no vivimos en monasterios ni en comunas de tierras salvajes, pero vivimos en hogares y familias; formamos parte de iglesias, escuelas y lugares de trabajo. Seguir a Jesús juntos y en medio de los demás es esencial para llegar a ser una comunidad amada, y a menudo resulta frustrante, es por eso que las palabras y enseñanzas de los monjes son útiles. Nos recuerdan que no estamos solos en nuestras experiencias; nos dan palabras y herramientas para unirnos en una plenitud compartida mientras tratamos de difundir la esperanza y la sanación de una vida pascual.
Para reflexionar
¿Qué palabras o qué ejemplos lo inspiran a amar como Jesús nos ama?
Viernes 7 de Marzo
Nos llevamos a nosotros mismos dondequiera que vamos.
Matrona 1, Las madres olvidadas del desierto, de Laura Swans
Los salmos nunca habían sido mis favoritos. Durante años, la mayoría me parecieron repetitivos, demasiado dramáticos y hasta quejumbrosos. Los atribuidos a David me resultaban especialmente molestos. Después de todo, me parecía que las dificultades de David eran a menudo las consecuencias naturales de sus actos. Empecé a entender los salmos de una manera nueva cuando me uní a un proceso de discernimiento para pasar a ser oblata de la Comunidad de la Provincia Sur de St. Mary. Un oblato es un miembro laico de la Comunidad que aspira seguir la Regla de San Benito en el mundo, una extensión de las prácticas de fe de los monjes y monjas.
Todos los días de este año de discernimiento, leí los salmos en la oración de la mañana y de la tarde y reflexioné por escrito sobre una parte de al menos un salmo. Después de unos trescientos sesenta días así, empecé a preguntarme si el sentido de los salmos no era realmente quejas y lamentos, ira o súplica. Tal vez la intención era que Dios estaba con los salmistas y presente para ellos, aunque ellos mismos se hubieran buscado su situación.
Tal vez la revelación de los salmos sea la misma que la de la Cuaresma: Puede ser que Dios no nos rescate de las tierras salvajes que nos hemos creado, pero Dios siempre está presente para nosotros. Dios está presente en nuestra desesperación, ira, dudas, lágrimas y arrepentimiento, independientemente del tiempo que tardemos en llegar a ellos. Dios está presente para nosotros cuando las cosas tardan demasiado y cuando van demasiado deprisa. Dios está presente cuando nosotros causamos el problema y cuando el problema ocurre sin ninguna razón discernible. ¿Y si lo que debemos aprender de los salmos y de las prácticas de ayuno, arrepentimiento y sencillez en Cuaresma es que Dios, el amor divino, está siempre con nosotros, en la fosa, en las tierras salvajes, en la niebla y en las consecuencias?
Para Reflexionar
La gente siente la presencia de Dios de maneras diferentes. Algunos sienten la presencia de Dios como una emoción física, otros oyen o ven la presencia de Dios en la naturaleza y otros en una obra de arte. ¿Cómo experimenta usted la presencia de Dios, especialmente en tierras salvajes? ¿La experimenta en el momento o al reflexionar meses o años después?
Sábado 8 de Marzo
¿Qué palabras o ejemplos te estimulan a esforzarte a amar a Jesús como Jesús nos ama?
Hildegarda de Bingen, Libro de los méritos de la vida
La primavera pasada, organizamos una jornada de plantación de árboles en nuestro campamento diocesano, y una dulce familia con cuatro niñitas, todas menores de seis años, se unió a nosotros en esta tarea. Aunque no estaba especialmente interesada en plantar árboles, una de las niñas estaba muy interesada en encontrar y rescatar gusanos. Cada vez que encontraba un gusano, lo ponía reverentemente sobre un diente de león, uno de los miles que ese mes coloreaban los campos.
Aquí en el campamento, nos gustan los dientes de león porque a las abejas les gustan los dientes de león. Y nos gustan las abejas porque nos gustan las calabazas, los tomates y las manzanas que polinizan y, por supuesto, también nos encanta la miel que producen para nosotros. Pero la decisión de tener un campus lleno de dientes de león no fue casual. Es algo que seguimos haciendo como signo de reverencia, como signo de deleite por lo que Dios estableció.
A menudo, pensamos en la creación de Dios en términos de elementos individuales o categorías. Damos gracias a Dios por el árbol, la lluvia y la semilla de manzana. Nos esforzamos en salvar un río, una especie o una persona. Luchamos por una causa determinada. Y sin embargo, el ecosistema total que Dios estableció requiere nuestra reverencia: las abejas, los dientes de león, la calabaza anaranjada, la miel y las familias son solo unos pocos miembros del ecosistema general. Para cuidar a estos miembros, debemos arrepentirnos de nuestra frecuente negligencia hacia el todo y recordarlo dondequiera que estemos, porque Dios nos ama y estamos pisando tierra sagrada.
Para reflexionar
Considere el ecosistema de una comunidad en su vida. ¿Qué prácticas relacionadas con un miembro dañan potencialmente al conjunto? ¿Qué cambios podrían afectar positivamente a todo el ecosistema?